Supervisiones

El trabajo en psicoterapia es solitario. Poder rodearse de otros profesionales para compartir experiencias y aprendizajes es algo fundamental en nuestra profesión. Te invito a crear un espacio profesional donde hacerlo.

La supervisión en psicología, además de una herramienta de autocuidado para el profesional, es un proceso clave para garantizar la calidad del trabajo terapéutico y el desarrollo profesional continuo. Nos permite reflexionar sobre casos, mejorar la práctica y fortalecer habilidades, todo bajo la guía de una profesión compartida.

¿Cuándo es necesario buscar supervisión?

Al iniciar tu práctica profesional
Comenzar como psicólogo puede ser una experiencia desafiante. La supervisión en esta etapa ayuda a fortalecer la confianza. También permite ajustar las técnicas terapéuticas para aplicarlas de manera efectiva en casos reales, ofreciendo una base sólida para tu desarrollo profesional.

Al enfrentarte a casos especialmente difíciles o complejos
Existen casos que pueden presentar dilemas éticos, emocionales o técnicos que superan tu nivel de experiencia actual. La supervisión proporciona apoyo para resolver dilemas éticos, explorar nuevas perspectivas que enriquezcan tu práctica y manejar la carga emocional que estos casos pueden generar, evitando el agotamiento.

Cuando sientes estancamiento en tu crecimiento profesional
El estancamiento puede ser una señal de que necesitas renovar tu enfoque y adquirir nuevas herramientas. A través de la supervisión, puedes ampliar tu repertorio técnico, recibir retroalimentación constructiva sobre tus áreas de mejora y redescubrir la motivación y el propósito en tu práctica profesional.

Al experimentar dificultades personales que afectan tu práctica
Como ser humano, también puedes enfrentarte a problemas personales que influyen en tu trabajo. La supervisión en estas circunstancias te ayuda a prevenir el sesgo personal, proteger tu bienestar emocional y garantizar que continúes ofreciendo la mejor atención.

¿Cómo realizar una supervisión efectiva?

Definir objetivos claros
Antes de cada sesión, establece qué casos o situaciones deseas abordar. Esto puede incluir casos complejos o estancados, dudas sobre técnicas terapéuticas o reflexiones sobre tus propias respuestas emocionales.

Crear un espacio seguro
La supervisión debe ser un entorno de confianza donde puedas compartir libremente tus inquietudes sin temor a ser juzgado.

Estructurar las sesiones

  • Inicio: Resumen de los casos o situaciones a tratar.

  • Desarrollo: Discusión profunda sobre los casos, explorando alternativas y enfoques y revisando el movimiento personal

  • Cierre: Síntesis de aprendizajes y plan de acción.

Documentar y reflexionar
Lleva un registro de las recomendaciones y reflexiones surgidas en cada supervisión. Esto te permitirá dar seguimiento y evaluar tu progreso.

La supervisión es una inversión en la calidad de tu práctica y en tu bienestar como psicóloga. Si quieres compartir un espacio profesional no dudes en contactar.